“Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado” (Deuteronomio 6:6 TLA).
¿Has conocido a alguien que es muy bueno memorizando pasajes bíblicos? Yo conozco a varios, pero ninguno se compara a estos. Por ejemplo, Jerónimo el traductor de la Biblia al latín, que vivió muchos años en Palestina, se quedaba maravillado al ver cómo los judíos de su época podían repetir todos los nombres registrados en los libros de Crónicas en el mismo orden que habían sido escritos por el cronista.
Según Jerónimo, conoció a muchos que se sabían de memoria la Torá y los Profetas ¡Esto es casi la mitad del Antiguo Testamento! Pero eso no es nada en comparación con lo que se le atribuye al rabino Vilna Gaon. De acuerdo con el libro Aunque usted no lo crea de Ripley, p. 79, Gaon memorizó por completo dos mil quinientos libros, entre ellos la Biblia. Se dice que J.N. Andrews era capaz de reproducir el Nuevo Testamento palabra por palabra
Lo bueno de memorizar pasajes bíblicos es que estos se convierten en nuestra mejor ayuda en los momentos más apremiantes, como lo hace manifiesto la experiencia del pastor Gordon MacDonald. El pastor escribió un artículo publicado en la revista Leadership, en el que cuenta que cuando era jovencito le toco tornar clases con el respetado profesor Frank Gaebelein.
El Dr. Gaebelein exigía que cada estudiante memorizara no menos de trescientos pasajes bíblicos cada año. A veces podía ser solo un versículo, como juan 13: 3; pero en ocasiones era una sección completa, como Mateo 5: 1-16; o todo un capítulo, como Romanos 8. Uno de los pasajes que el pastor MacDonald llegó a memorizar fue el Salmo 46.
Pasaron los años. Un día el medico llamo al pastor MacDonald Para informarle que tenía un tumor en la cabeza y que era necesario operarlo ¿Sabes qué recordó el pastor MacDonald en este instante? Las palabras del salmo había memorizado en su juventud: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra” (Salmos 46: 1,2). Acordarse de esa porción bíblica le proporciona las fuerzas necesarias para enfrentar su situación de salud.