“¡Cuánto amo yo tu ley! ¡Todo el día es ella mi meditación!˝ (Salmo 119:97).
¿Cuántas Biblias tiene? En casa tengo muchas porque soy pastor y la Biblia es mi libro de texto. Pero, si no se las abre, poseer una, dos, cinco, diez, o las que sean, no tiene mérito.
Leer que Jesús citaba tantas veces el Antiguo Testamento me inspira. Él nunca asistió a la escuela de los profetas y, sin embargo, conocía bien las Escrituras y las citaba correctamente una y otra vez. Sin duda alguna, su madre le dio las primeras lecciones. Ya me imagino a Jesús repitiéndole un versículo tras otro mientras trabajaban en casa. Sin duda, pasaba horas en la sinagoga, leyendo los rollos. Poco a poco, leyendo las sagradas páginas, fue aprendiendo cuál era su propio destino.
Jesús citó las Escrituras al diablo cuando lo tentó y muchas veces, cuando predicaba al pueblo, se refirió a ellas. ¡Ojalá todos conociéramos las Escrituras como las conocía Jesús!
Un hombre resultó gravemente herido en una explosión. Como resultado, quedó desfigurado, perdió la vista y le fueron amputadas las dos manos. Hacía poco había abrazado la fe cristiana y su mayor preocupación era que ya no podría leer la Biblia. Entonces se enteró de que en Inglaterra una mujer leía Braille con los labios. Con la esperanza de hacer lo mismo, pidió que le enviaran algunos de los libros de la Biblia en Braille. Para su pesar, descubrió que las terminaciones nerviosas de sus labios habían quedado destruidas con la explosión. Un día, al acercar una de las páginas en Braille a los labios, por accidente, la lengua tocó algunos de los caracteres en relieve y pudo distinguirlo. Al instante pensó: “Puedo leer la Biblia con la lengua˝. Al poco tiempo, el hombre había “leído˝ toda la Biblia de principio a fin varias veces.
¿Tiene una Biblia? ¿La lee con regularidad? ¿Últimamente ha memorizado algún versículo? ¿Sabe encontrar los libros de la Biblia con rapidez? ¿Podría explicar una doctrina importante usando solo la Biblia?
Llamado:
La Biblia es la Palabra de Dios para usted. Asegúrese de que su Biblia no es tan solo un adorno en el estante. Ve a descansar con la promesa que al levantarte el dia de mañana lo primero que haras es abrir el libro sagrado.