Culto

Vespertino

2 de abril
La oración llega a la presencia de Dios
"Y el humo del incienso, junto con las oraciones de los santos, subió de la mano del ángel a la presencia de Dios." (Apocalipsis 8:4)
¿Alguna vez has sentido que Dios no escucha tus oraciones? Una mujer me dijo con tristeza: "Llevo años orando por mi hijo, pero parece que Dios no me oye." Cuando no vemos respuestas inmediatas, nos preguntamos si nuestras súplicas quedan sin respuesta.

Sin embargo, la Biblia nos asegura que todas nuestras oraciones llegan a la presencia de Dios. La imagen del incienso representa que nuestras peticiones son como un aroma agradable para Él. No importa cuán pequeñas o grandes sean, Dios las recibe con amor.

Elena de White nos recuerda: "Las oraciones que elevéis en la soledad, en el cansancio, en la prueba, Dios las contestará, no siempre según lo esperabais, pero siempre para vuestro bien." (Obreros evangélicos, p. 272).

Dios siempre escucha, aunque no responda en nuestro tiempo o de la manera que esperamos. Nuestra tarea es orar con fe, confiando en su voluntad. Los santos mencionados en Apocalipsis no son personas perfectas, sino aquellos que buscan a Dios sinceramente.

Cuando oramos, Dios no solo oye nuestras palabras, sino también lo que hay en nuestro corazón. Él conoce nuestras luchas y responde con amor.

Invitación:
No te desanimes si la respuesta tarda. Sigue orando con confianza, creyendo que Dios siempre actúa para tu bien.
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