"Entonces llamó Abraham el nombre de aquel lugar: Jehová proveerá." (Génesis 22:14)
En uno de los momentos más tensos de su vida, Abraham se disponía a ofrecer a su hijo Isaac en obediencia al mandato divino. No entendía todo, pero confiaba. Justo en el instante clave, Dios intervino: detuvo su mano y le mostró un carnero atrapado entre los matorrales. Allí, Abraham comprendió que Dios proveería, aun cuando todo parecía perdido.
Este episodio revela a un Dios que no solo ve, sino que actúa. Él no es indiferente a nuestras luchas ni sordo a nuestras oraciones. A veces, la respuesta llega en el último momento, cuando todo parece agotado. Pero llega… y llega de forma perfecta.
Elena de White escribió: “La fe de Abraham fue probada, pero su confianza en Dios no flaqueó. El cielo proveyó el sacrificio. Dios siempre tiene una salida cuando seguimos Su voluntad.” (Patriarcas y Profetas, p. 141)
Tal vez hoy estés en tu propio “monte Moriah”, enfrentando una prueba sin entender el porqué. Recuerda: el mismo Dios que vio a Abraham, también te ve a ti, y Su provisión llegará.
Invitación:
Confía en que Dios ya tiene preparada la respuesta a tu necesidad. Aunque no veas el carnero aún, sigue subiendo el monte con fe. Jehová-jireh: Dios proveerá.