"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos." (Salmo 32:8)
A veces no sabemos qué decisión tomar, qué dirección seguir o cómo resolver una situación difícil. En esos momentos de incertidumbre, Dios nos ofrece algo más que instrucciones: nos ofrece Su compañía y guía personal.
Él no es un Dios lejano que deja mapas y desaparece. Es un Padre presente que guía paso a paso, con paciencia, amor y sabiduría. Sus ojos están puestos sobre ti, no para vigilarte con juicio, sino para cuidarte, advertirte y acompañarte.
Elena de White escribió: “Aquellos que consagran la vida a su servicio nunca estarán en una situación para la cual Dios no haya hecho provisión. Cualquiera que sea nuestra situación, tenemos un Guía que nunca se equivoca.” (El Ministerio de Curación, p. 228)
Dios no te llama a caminar solo. Aunque el camino parezca incierto, si pones tu confianza en Él, verás cómo se abren puertas, se cierran otras, y tu paz se mantiene en medio del proceso.
Invitación:
Hoy, busca la guía del Señor. Pídele dirección con un corazón dispuesto y atento. Él no solo te mostrará el camino… Él caminará contigo.