"Como el pastor busca entre su rebaño a las ovejas dispersas, así yo buscaré a mis ovejas y las libraré de todos los lugares a donde fueron dispersadas un día de nubes y oscuridad." Ezequiel 34:12
Este capítulo es una fuerte exhortación a los pastores que han descuidado su rebaño para dedicarse egoístamente a su propia complacencia. Las ovejas están sufriendo por falta de alimento y las fieras las están devorando sin piedad. La metáfora del pastor utilizada aquí es para referirse a los dirigentes y gobernantes y el rebaño u ovejas, para referirse al pueblo. Estos dirigentes tenían la responsabilidad de proteger y cuidar al pueblo, pero muchas veces, provocaban el sufrimiento del pueblo. Cobraban exagerados impuestos y oprimían a las personas. La indiferencia de los pastores con las ovejas era, en primer lugar, un síntoma de indiferencia con Dios.
Dios confía en sus hijos y muchas veces les otorga responsabilidades de servicio como dirigentes de algún área. Dios nos pedirá cuenta de quienes nos ha dejado para que acompañemos. El versículo 10 es una fuerte declaración de Dios y dice: “yo estoy contra los pastores y demandaré las ovejas de su mano”. El Señor muestra celo por el trato injusto a sus ovejas.
En alguna medida tenemos influencia sobre otros. No necesariamente debemos ser colocados en un puesto de renombre para sentir la responsabilidad de cuidar a los más desvalidos. En nuestro hogar con nuestra pareja, hermanos, vecinos y amigos podemos ser buenas influencias y mostrarles que merecen nuestra atención. Debemos cuidar no solo de su bienestar con respecto a sus necesidades físicas, sino también con respecto a sus necesidades espirituales.
Este capítulo también contiene una esperanza mesiánica que se cumplió en Jesús. El Señor promete enviar un pastor que se ocupe de sus ovejas descuidadas. Por más de tres años, Cristo cuidó de los oprimidos y protegió a los que habían sido descuidados. Pronto, la historia de este mundo terminará y por fin reinaremos con Cristo, nuestro amoroso y perfecto pastor. Ya no habrá más pecado ni sufrimiento; las injusticias habrán terminado.