"Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos." (Apocalipsis 9:6)
El ser humano se aferra a la vida, pero la Biblia describe un tiempo en que algunos desearán morir sin poder hacerlo. Este versículo apunta a los juicios que vendrán sobre la humanidad en los últimos días, cuando muchos enfrentarán el resultado de haber rechazado a Dios.
Elena de White describe este momento con gran claridad: "Los impíos piden ser sepultados bajo las rocas antes que enfrentar el rostro del Ser a quien han despreciado." (Conflicto de los siglos, p. 700). En ese tiempo, los que rechazaron la salvación y vivieron según sus propios deseos experimentarán una angustia indescriptible.
Pero mientras los impíos tiemblan de terror, los justos proclamarán con gozo: "He aquí, este es nuestro Dios; le hemos esperado, y nos salvará." (Isaías 25:9). La diferencia entre ambos grupos no es su perfección, sino su relación con Dios.
Este pasaje nos invita a tomar decisiones hoy. La desesperación de los impíos no es producto de un castigo arbitrario, sino la consecuencia de haber vivido separados de Dios. En cambio, quienes confían en Cristo tienen esperanza y paz.
Invitación:
Aférrate a Dios y espera su venida con confianza. No temas al futuro, porque en Cristo hay salvación y paz eterna.