Elena de White nos dice: "Sobre la cabeza de los vencedores, Jesús coloca con su propia diestra la corona de gloria. Hay una corona para cada uno, la cual lleva su propio nombre nuevo." (Conflicto de los Siglos, p. 704).

Hoy, quizás no enfrentemos persecución como los primeros cristianos, pero el enemigo sigue atacando nuestra fe con distracciones, dudas y tentaciones. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a permanecer fieles, incluso si implica sacrificio?

Los vencedores del tiempo del fin son aquellos que confían en la sangre de Cristo y viven con un testimonio que impacta a otros. No temen perderlo todo en la tierra, porque saben que la verdadera recompensa está en el cielo.