"Pasé junto a ti, y te vi revolcándote en tu sangre. Y mientras estabas en tu sangre, te dije: ¡Vive! Ezequiel 16:8 (NVI)
En los días de Ezequiel, Jerusalén era como una joven abandonada en el campo, despreciada y sin esperanza. Pero Dios, en su gracia redentora, la encontró y la cuidó. La limpió, la vistió con ropas finas y la hizo hermosa. Sin embargo, a pesar de todo lo que Dios había hecho por ella, Jerusalén se olvidó de su Creador y se entregó a la idolatría y la inmoralidad.
En el capítulo de hoy del (Reavivados por su palabra- RPSP) sacaremos 3 lecciones.
1.La Gracia Redentora de Dios (vers. 6): A pesar de la infidelidad de Jerusalén, Dios demostró su amor incondicional al rescatarla y transformarla. Dios siempre va a estar dispuesto a extendernos su gracia redentora y darnos una nueva vida en él.
2.La Infidelidad del Corazón Humano (vers. 15): La historia de Jerusalén es un recordatorio de la tendencia del corazón humano a apartarse de Dios y buscar la satisfacción en cosas temporales y vacías. Necesitamos permanecer fieles a Dios y no dejarnos seducir por las tentaciones del mundo.
3.El Llamado al Arrepentimiento (vers. 60): A pesar de la infidelidad de Jerusalén, Dios aún la llama al arrepentimiento y ofrece restauración. Él nos ama, incluso en medio de nuestras caídas y fracasos, siempre hay esperanza en Dios. Su gracia es suficiente para perdonar y restaurar a aquellos que se vuelven a él con sinceridad y humildad.
Mi compromiso
Esta noche al reflexionar sobre la historia de Jerusalén en Ezequiel 16, nos comprometamos a reconocer y valorar la gracia redentora de Dios en nuestras propias vidas. Buscando permanecer fieles a él en todo momento, y si fallamos volvamos a Dios con sinceridad y humildad, confiando en su poder para perdonar, restaurar y renovar nuestras vidas.