"Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas." (Apocalipsis 16:5)
Muchas veces nos preguntamos por qué Dios permite ciertas situaciones en nuestra vida. Desde nuestra perspectiva limitada, algunas pruebas parecen injustas o sin sentido. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que Dios siempre actúa con justicia y sabiduría, incluso cuando no comprendemos sus caminos.
Un claro ejemplo es la historia de Moisés. Después de guiar al pueblo de Israel durante años, no se le permitió entrar en la Tierra Prometida. A simple vista, esto parece una gran injusticia. Pero Dios tenía un plan mayor: Moisés fue resucitado y llevado al cielo, una recompensa mucho mejor que cualquier territorio terrenal.
Elena de White afirma: "Todo el universo declarará al unísono: ‘Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los Santos’." (Conflicto de los Siglos, p. 729). Esto nos asegura que llegará el día en que entenderemos completamente la justicia divina. Los impíos reconocerán que su destino fue resultado de sus propias elecciones, y los justos alabarán la fidelidad de Dios.
Invitación:
Hoy, en lugar de preguntar “¿Por qué, Señor?”, confía en que Él tiene un plan perfecto. Su justicia es eterna, y todo lo que permite en nuestra vida tiene un propósito. Acepta con fe su voluntad y descansa en la certeza de que Dios siempre es justo.