Culto

Vespertino

1o de septiembre
El camino de la entrega
" Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil." Marcos 14:38
Este versículo nos habla de la importancia de estar en constante vigilancia y en oración para evitar caer en tentación. La Biblia nos enseña que aunque nuestro espíritu esté dispuesto para hacer lo que es correcto, nuestra carne es débil y puede sucumbir fácilmente a los deseos mundanos.

En este pasaje, Jesús se encuentra con sus discípulos en el huerto de Getsemaní y les pide que se mantengan vigilantes y que oren para no caer en tentación. En otras palabras, Jesús les está advirtiendo que la tentación siempre estará presente en el mundo y que debemos estar preparados para enfrentarla. Además, esta advertencia se extiende hacia nosotros hoy en día, ya que la tentación sigue siendo una constante para los cristianos y todos los seres humanos.

La Biblia nos habla acerca de este conflicto, como el conflicto entre el bien y el mal. Por un lado nuestra naturaleza espiritual, esta dispuesto a hacer la voluntad de Dios y seguir el camino correcto, pero por otro lado, nuestra naturaleza carne nos lleva a flaquear ante las tentaciones del mundo. Por lo tanto, debemos estar alerta, velar y orar para no caer en la tentación y así no desagradar a Dios.

La gran pregunta es ¿cómo podemos mantener nuestra naturaleza espiritual alerta para salir victoriosos frente a las tentaciones? En primer lugar, debemos reconocer que la tentación siempre estará presente, pero esto no significa que debemos caer en ella. Debemos estar vigilantes y conscientes de nuestras debilidades para así evitar situaciones que puedan llevarnos a pecar.

En segundo lugar, debemos fortalecer nuestro espíritu y nuestra relación con Dios. Esto implica leer y meditar en la Palabra de Dios, asistir a la iglesia, orar y tener una vida de comunión constante con Dios. Y no solo nosotros solos debemos acompañar a nuestra familia a fortalecerse espiritualmente cada día y eso lo logramos adquiriendo el hábito de realizar nuestros cultos familiares: Matutino y vespertino. Al fortalecer nuestra relación con Dios, nos será más fácil resistir la tentación y no caer en el pecado.

Finalmente, debemos reconocer que somos imperfectos y que podemos fallar. Pero a pesar de esto, debemos levantarnos, arrepentirnos y seguir adelante. Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y a ayudarnos a levantarnos una vez más.

Llamado:
Debemos reconocer que la tentación seguirá estando presente en nuestras vidas, pero con la ayuda de Dios podemos resistirla y no caer en pecado.
Resumen y Compromiso
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