Culto

Vespertino

1 de noviembre
Transformación del carácter
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” (Gálatas 2: 20).
El mayor beneficio de ser fieles es la transformación de nuestro carácter. Cuando entregamos a Dios las cosas que él nos dice que entreguemos (recursos, tiempo, cuerpo o dones), estamos permitiendo que el egoísmo se elimine de nuestros corazones, dando lugar al amor y la bondad. Cuando eso sucede, nuestro carácter se vuelve como el de Cristo.

Una y otra vez, Elena G. de White presenta este principio en sus escritos. Ella declara: “La gloria del evangelio consiste en que se funda en la noción de que se ha de restaurar la imagen divina en una raza caída por medio de una constante manifestación de benevolencia” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 16). Ella también escribió: “Dios ideó el sistema de la beneficencia a fin de que el hombre pudiera llegar a ser generoso y abnegado como su Creador, y al fin recibir de él la recompensa eterna y gloriosa” (Joyas de los testimonios, t. 1, p. 563).

Estas citas contienen dos piezas de información muy importantes. Primero, la restauración del carácter viene a través de una manifestación constante de nuestra fidelidad a la dirección divina. Segundo, Dios mismo diseñó el sistema de fidelidad para que nuestro carácter pudiera transformarse del egoísmo al altruismo.

En la práctica, funciona así: estás sentado en una mesa llena de comida y te das cuenta de que algunos alimentos no están de acuerdo con las pautas de Dios para el desarrollo de una buena salud. Si decides comer lo que está en la mesa, tu egoísmo se fortalecerá porque decidiste hacer solo lo que querías en oposición a la voluntad expresa de Dios. Por otro lado, si eliges renunciar a tu deseo y seguir la guía divina, el egoísmo pierde la batalla y su fuerza disminuye en tu corazón. No se trata solo de que te enfermes o no; se trata principalmente de quién gana la batalla por tu corazón: el egoísmo o la voluntad de Dios.

Cuando al final del mes eliges no ser fiel devolviendo tus diezmos y ofrendas, el problema no es que la iglesia sufra escasez de recursos; el problema es que el egoísmo gana fuerza y dominio en tu corazón. Por otro lado, cuando eres fiel en devolver los recursos que Dios ha puesto en tus manos, el yo es destronado y el carácter se ennoblece.

Compromiso:
Reafirma tu compromiso hoy de poner tus deseos egoístas en último lugar y a Dios primero.
Resumen y Compromiso
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