Culto

Vespertino

14 de febrero
Victoria contra la tentación
“Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil” (Mateo 26:41).
Todo ser humano que ha sido abatido en el campo de batalla espiritual primero abandonó la oración. Podríamos imaginar una inscripción común en las lápidas de las personas derrotadas por el Enemigo: “Aquí yace una persona que subestimó.
La oración es la fuente de nuestra resistencia espiritual. Aunque no siempre hemos sido constantes en nuestra caminata cristiana, los momentos en que nos mantuvimos firmes o logramos levantarnos fueron aquellos en los que dedicamos tiempo a la oración. La Biblia es clara al afirmar que, espiritualmente, no podemos sobrevivir sin ella. Por eso, el apóstol Pablo escribió: “Nunca dejen de orar” (1 Tesalonicenses 5:17).

Enfrentar los desafíos diarios con solo unos minutos de oración es una presunción, similar a intentar escalar el monte Everest sin el equipo de seguridad adecuado. La oración es la respiración del alma, el secreto para una vida espiritual activa y fervorosa. Por lo tanto, ¡ora más! ¡Ora siempre! No caigas en la tentación de enfrentar las fuerzas de las tinieblas y los desafíos cotidianos sin oración.
Si deseas ser victorioso en la vida espiritual, establece una rutina de oración. Separa momentos a lo largo del día para hablar con Dios y enfoca tus pensamientos en él. No busques al Señor solo en momentos de tentación o dificultad; haz de la oración un estilo de vida y un refugio constante contra los ataques de Satanás. Dile siempre al Señor: “No me dejes caer en tentación”.
Elena de White reveló: “La oración es el medio ordenado por el Cielo para tener éxito en el conflicto con el pecado y desarrollar el carácter cristiano. Las influencias divinas que vienen en respuesta a la oración de fe efectuarán en el alma del suplicante todo lo que pide. Podemos pedir perdón del pecado, el Espíritu Santo, un temperamento semejante al de Cristo, sabiduría y poder para realizar su obra, o cualquier otro don que él ha prometido; y la promesa es: ‘Se te dará’ (Mateo 21:22)” (Los hechos de los apóstoles, pp. 465, 466).
Recibe en este sábado la presencia de Jesús en tu corazón. 

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