"Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras."
(Apocalipsis 20:12)
En cierta ocasión, un amigo me preguntó: "Si Dios ya lo sabe todo, ¿para qué necesita libros en el juicio?" La pregunta puede parecer lógica, pero la respuesta nos muestra el carácter de Dios: Él es justo y transparente. En el juicio final, nadie podrá decir que Dios es arbitrario, porque todo ha sido cuidadosamente registrado.
Apocalipsis nos describe un juicio celestial donde todos comparecen ante Dios. Los libros serán abiertos y cada persona será juzgada según lo que está escrito en ellos. Sin embargo, hay un libro especial: el Libro de la Vida. Este libro contiene los nombres de aquellos que han aceptado a Jesús y han decidido vivir conforme a su voluntad.
Elena de White nos dice: "Los libros de registros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los hechos de los hombres, determinarán los fallos del juicio" (Cristo en su Santuario, pág. 113). Este registro no se basa en buenas obras como una moneda de intercambio, sino en la decisión de aceptar o rechazar el sacrificio de Cristo.
Nuestro destino eterno no es cuestión del azar ni de un capricho divino. Cada día, con nuestras decisiones, nos acercamos o nos alejamos de Dios. ¿Estamos asegurando nuestro nombre en el Libro de la Vida? ¿Vivimos en fidelidad a Aquel que nos ha dado la oportunidad de ser salvos?
Hoy es el momento de reflexionar. No esperemos hasta que sea demasiado tarde. Dios nos da la oportunidad de elegir y nos invita a confiar en su justicia y su amor.
Invitación:
Asegura tu nombre en el Libro de la Vida aceptando a Cristo en tu corazón. Vive cada día con la certeza de que en Él hay salvación y justicia.