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Culto

Vespertino

17 de Abril
Las hermanas lujuriosas
“Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades y pagareis los pecados de vuestra idolatría.” Ezequiel 23:49
La visión que recibe el profeta Ezequiel relata la historia de dos hermanas, hijas de una misma madre, las cuales han fornicado en su juventud. Utilizando esta imagen, el profeta establece de manera paralela lo que ha acontecido entre Dios y su pueblo: su pueblo ha fornicado yendo tras otros dioses, razón por la cual, Dios les declara las consecuencias devastadoras que tendrán por haber decidido abandonarlo a él.

Las hermanas se llaman Ahola y Aholiba. Mas adelante, el texto las identifica diciendo que Ahola es el pueblo de Samaria y Aholiba es el pueblo de Jerusalén.

Este mensaje profético utiliza estas figuras de parentesco familiar (hermanas) para referirse a Israel, el pueblo de Dios. Y a lo largo de la descripción dada por Ezequiel, se “juega” con el paralelismo entre las ciudades bíblicas y las hermanas, describiendo la forma en que se conducían en cuanto a su relación con el Señor.

En primer lugar, Ahola (Samaria) se describe como enamorándose de los asirios, quienes fueran sus vecinos, y en ese proceso de enamoramiento, Ahola comete adulterio yendo tras los dioses del pueblo asirio. Este finalmente la traiciona, dejándola desnuda, y matando a sus hijos a espada, y Ahola llega a ser famosa por causa de la forma tan amplia en la que se burlaron de ella.

A pesar de ver lo sucedido, su hermana Aholiba (Jerusalén) se describe como que “enloqueció de lujuria más que ella” (Eze. 23:11a) y “sus fornicaciones fueron peores que las fornicaciones de su hermana” (Eze. 23:11b), lo cual da a entender que las relaciones con sus vecinos llegaron a ser peores que las relaciones mantenidas por Ahola (Samaria) con los asirios. Luego de ser contaminada por esta relación de traición, se dice que llegó al punto de hartarse de la situación.

El versículo 18 muestra a Dios hablando y dice que de la misma manera en que se hartó de su hermana, se había hartado de ella, al ver la triste situación en la que se encontraba por ir tras otros dioses. Es por eso que el texto sigue agregando detalles de los sufrimientos que le esperan a las hermanas por haber sido infieles al Señor.

Para reflexionar
Puedes decidir dejar a Dios de lado e ir tras las cosas que crees que son convenientes para tu vida, pero al igual que las hermanas de la historia, lo más probable es que sufras los resultados de tus malas elecciones. Antes de ir a descansar, pide a Dios que te ayude a elegir de manera correcta y así, poder disfrutar de todas las bendiciones que tiene preparadas para nosotros.
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