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Culto

Vespertino

23 de Abril
El Juicio de Dios y la Soberanía
"Y nunca más será la casa de Israel apoyo de confianza para nadie, porque hará memoria del pecado de ellos al volverse ellos a mirar tras ellos; y sabrán que yo soy el Señor Jehová" Ezequiel 29:16
Egipto era conocido por su poderío militar, su riqueza y su orgullo. Sin embargo, su arrogancia llevó al pueblo a desviarse de Dios, adorando ídolos y despreciando su voluntad. Dios, a través del profeta Ezequiel, advirtió al faraón sobre las consecuencias de su pecado y el juicio que vendría sobre la nación. A pesar de los repetidos llamados al arrepentimiento, el faraón persistió en su obstinación, desafiando la soberanía de Dios. Como consecuencia, Egipto sufrió la devastación y el juicio divino.

Ezequiel 29 nos enseña tres lecciones de esta profecía dada a Egipto, primero que Dios es soberano sobre todas las naciones y gobierna sobre los asuntos del mundo con sabiduría y justicia. Aunque las naciones puedan exaltarse en su poder y grandeza, al final todas deben rendir cuentas ante el Señor.

La segunda lección es que Dios es un Dios justo que no tolera el pecado y la rebelión. Su juicio sobre Egipto nos recuerda que ningún poder terrenal puede resistir su voluntad. Es un recordatorio de que nuestras acciones tienen consecuencias y que debemos vivir en obediencia y temor del Señor. Y, por último, aunque el faraón se negó a arrepentirse, el llamado al arrepentimiento sigue siendo vital en nuestras vidas. Ezequiel 29 nos insta a reconocer nuestra necesidad de perdón y restauración, y a humillarnos ante Dios en arrepentimiento y sumisión.

Llamado
Ezequiel 29, nos llama a vivir en obediencia y humildad ante él, reconociendo su autoridad sobre nuestras vidas. Que busquemos vivir en arrepentimiento y sumisión a la voluntad de Dios, confiando en su gracia y misericordia en todo momento.
Resumen y Compromiso
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