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Culto

Vespertino

25 de Abril
La Caída del Cedro
"El Faraón de Egipto y su grandeza han llegado a su fin; como un cedro en el bosque, ha sido derribado y su caída ha resonado en todo el mundo". - Ezequiel 31:18
Ilustraremos la visión de este capítulo de la siguiente manera:

En un vasto bosque, un imponente cedro se alzaba sobre los demás árboles, orgulloso de su altura y belleza. Sin embargo, una tormenta descomunal azotó la región, derribando al cedro y dejándolo caído en la tierra. Este cedro, representativo del faraón de Egipto en la profecía de Ezequiel, ilustra la soberbia y la caída de los poderosos ante el juicio divino.

El cedro, con su majestuosidad, simboliza la arrogancia del faraón de Egipto y la creencia en su propia grandeza. Sin embargo, la caída del cedro bajo la tormenta nos recuerda la fragilidad de la grandeza humana cuando se basa en la soberbia y la autosuficiencia. Proverbios 16:18 nos advierte: "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu".

La profecía de Ezequiel 31 enfatiza también la intervención divina sobre los gobernantes y las naciones. Aunque el faraón de Egipto se enaltezca sobre las demás naciones, su destino está en manos de Dios. Daniel 4:17 dice "El Altísimo tiene dominio sobre el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere".

La caída del cedro provoca lamentos en la creación misma. Esto refleja la tristeza de Dios por la caída del impío y el impacto que tiene en su entorno. Este nos debe hacer pensar que nuestras acciones afectan no solo nuestras vidas, sino también a quienes nos rodean. Nos llama a vivir con responsabilidad y humildad, reconociendo la soberanía de Dios en todo.

Llamado
todo lo que hacemos y nos apartemos de la arrogancia y la autosuficiencia. Que nos humillemos ante Dios y busquemos su gracia y perdón, sabiendo que solo en él encontramos verdadera seguridad y exaltación.
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