Culto

Vespertino

26 de abril
Arfaxad: un nuevo comienzo
"Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram." (Génesis 10:22)
Cada nacimiento trae consigo un nuevo comienzo, una esperanza renovada. Pero el nacimiento de Arfaxad fue especial. Él fue el primer bebé nacido después del Diluvio, el símbolo de una humanidad que resurgía tras la catástrofe.

Imagina a Sem y su esposa, contemplando a su hijo recién nacido. Cada rayo de sol que iluminaba su rostro les recordaba la promesa de Dios. Aunque el mundo había sido destruido por el pecado, el Señor les dio una segunda oportunidad. Dios les aseguró que nunca más enviaría un diluvio para destruir la tierra y, como prueba de su fidelidad, dejó el arco iris en el cielo.

Dios le dijo a Noé:
"Cada vez que aparezca el arco iris entre las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto perpetuo" (Génesis 9:16).

El nacimiento de Arfaxad fue la respuesta de fe de Sem y su familia. A través de él, Dios comenzaría el linaje que llevaría al Mesías. Elena de White nos recuerda:
"El linaje de Sem iba a ser el del pueblo escogido… De él iban a descender Abraham y el pueblo de Israel, por medio del cual habría de venir Cristo" (Historia de los Patriarcas y Profetas, pág. 98).

Dios tenía un propósito para Arfaxad, y su nacimiento marcó el comienzo de una cadena de promesas cumplidas. Cada hijo que nacía en esta línea era un paso de fe hacia la llegada del Salvador.

Llamado:
Dios siempre cumple sus promesas, pero espera que nosotros demos pasos de fe. Así como Sem confió en la fidelidad de Dios y avanzó, nosotros también estamos llamados a confiar en sus planes. Quizás no veamos todo el cuadro ahora, pero el Señor ya ha trazado nuestro camino.
Hoy, aférrate a sus promesas y camina con fe.
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